Aquí estoy, sentado en mi cama con la computadora sobre mis piernas, afuera la lluvia cae estrepitosamente. Siento un cálido edredón blanco cubriendome solo los pies. En una mano un té de manzanilla y en la otra mi corazón.
En la memoria está ella. Ahí está Lisa, permanente y constante como cuando se mira directamente la luz y el reflejo te ciega para luego acompañarte en la retina aunque cierres los ojos. Así es ella intensa, única, me llega profundamente al alma.
Bienvenida a mi vida, bienvenidos a mi blog.
miércoles, 3 de octubre de 2007
El primer escrito
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